El JUEGO siempre encuentra el camino!
En la publicación anterior estuvimos hablando de la importancia del juego infantil para el desarrollo de nuestros chiquitos, por eso hoy quise invitar a Johanna Silva, una amiga y colega con la que he estado conversando del tema, ella nos plantea una interesante reflexión sobre el juego en este tiempo de confinamiento en el que nos encontramos actualmente, a mi personalmente, me encantó leerla.
Esta claro que el juego es una
herramienta muy valiosa para el desarrollo y el aprendizaje, existen distintas
definiciones de juego; Ferland lo define como “una actitud subjetiva donde
el placer, la curiosidad, el sentido del humor y la espontaneidad se unen. Esta
actitud se refleja en la conducta libremente elegida, de la cual no se espera
ningún rendimiento específico particular”. Por otro lado, Bundy plantea un
modelo donde se expone que la conducta juguetona está determinada por la
presencia de tres aspectos importantes: la motivación intrínseca (se observa
en el interés innato que produce el propio juego); el control interno
(decisión propia de cómo se desarrolla el juego); y la habilidad para dejar a
un lado la realidad (capacidad de evasión dentro del juego).
Estas son solo algunas
definiciones, lo cierto es que cuando revisamos literatura sobre juego,
encontramos un aspecto en común, el “disfrute o placer” que son claves
para garantizar el éxito en el aprendizaje, de hecho, se utilizan como
estrategia metodológica en proceso enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, en los
últimos años hay un tipo de juego en particular que ha liderado el “mercado”,
por llamarlo de alguna forma, las plataformas digitales y juegos electrónicos
se han posicionado como los favoritos por consumidores de todas las edades,
cubriendo todo tipo temas y productos atractivos, razón por la cual se han
desatado importantes polémicas o debates en cuanto a las consecuencias a
nivel motor, emocional o cognitivo, frecuencia de uso, legislaciones e
innumerables otros temas que no vamos a debatir en este momento! Pero nos ayuda
a entrar en contexto!
Soy Terapeuta Ocupacional tengo dos
hijos maravillosos (2 y 6 años) y desde que iniciaron las medidas de
confinamiento por el COVID-19, viví de primera mano por mis hijos, conocidos
cercanos y referencia de padres de niños que asisten a mi consulta, a quienes
les hago seguimiento de forma on-line, el aumento descontrolado del uso de
juegos en pantallas y dispositivos electrónicos durante el primer mes y medio,
fue tanto que me vi en la necesidad de establecer incluso para mi, horarios de
uso de estos dispositivos (anteriormente los niños ya tenían un horario
establecido, sin embargo, con todas sus otras responsabilidades o actividades
éste era flexible).
Para mi sorpresa, pasado el segundo
mes, comencé a notar la necesidad de mis hijos y mis pacientes (conversando con
sus padres) de regresar al juego “tradicional”, el vivencial, que implica
descarga motora importante! Correr, trepar, manejar bici, construir con legos,
disfrazarse, entre otros. Este juego que hace que su cerebro no pare de
planificar y ejecutar a nivel motor, que fortalece sus músculos, estabiliza sus
articulaciones, que mantiene activos todos sus sistemas sensoriales trabajando
sin parar para procesar todos los estímulos!
Sin ánimos de desestimar el alcance que
tienen algunos juegos de plataformas o dispositivos digitales; pero la vivencia
y la experiencia no la pueden igualar.
La finalidad de este escrito es
corroborar nuevamente que el cerebro es una maquina perfecta y busca
exactamente lo que necesita para mantenerse funcionando como debe. Está
en nosotros los adultos garantizar que las experiencias estén disponibles para
que puedan ser vividas por nuestros pequeños y no tan pequeños. El juego es
indispensable para el desarrollo relaciones tanto en animales como en humanos,
nos hace “seres sociales”, nos enseña códigos de convivencia, el cerebro lo
sabe ;) y los busca, afortunadamente El
Juego Siempre Encuentra el Camino.
T.O Johanna Silva (Joy)
Co-Fundadora de CETI


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