¡¡¡Esta definitivamente es una fórmula mágica!!!
Diferentes autores nos hablan de la importancia del ambiente en la construcción de la personalidad, donde el ejemplo toma una fuerza inquebrantable ya que como escuchamos coloquialmente "los niños copian TODO", lo cual definitivamente es muy cierto, copian la manera de hablar, de tratar a los demás, de resolver los conflictos, de comportarse frente a diferentes situaciones, la manera como perciben la vida, como se ven cuando grandes y hasta lo mucho o poco creativos que pueden ser.
Creo que, si como padres fuéramos más conscientes del impacto que nuestro ejemplo tiene en la vida de nuestros hijos, cuidáramos más nuestra manera de actuar y de reaccionar, no solo para enseñarlos a ser ordenados, respetuosos, responsables, entre otras virtudes, sino además, para motivarlos a ser creativos, soñadores, persistentes, con una mirada positiva ante la vida, gran capacidad de resiliencia y algo realmente maravilloso, enseñarlos desde muy pequeños a ser emprendedores.
Emprender hace referencia a la iniciativa de llevar a la práctica una idea, en los adultos esto probablemente se refiere a una idea de negocio, pero en los niños puede ser un pequeño proyecto como una casa de cartón, un supermercado de juguete, una fiesta de muñecos, un pequeño negocio, entre otras ideas que pueden nacer en la mente de un niño.
Pero, ¿Qué determina que un niño tenga esta creatividad y visión emprendedora?
Por un lado, hay características de desarrollo que pueden predisponer la capacidad de ideación, ya que la madurez de determinadas habilidades lo van a llevar a tomar ciertas elecciones a la hora de jugar; sin embargo, no es solo eso, el ambiente aquí tiene un papel fundamental, y cuando hablo de ambiente me refiero a lo que los niños ven, escuchan y sienten ¿somos padres emprendedores? ¿tomamos riesgos? ¿permitimos que la creatividad esté presente en nuestro hogar tanto a la hora de jugar con nuestros hijos como en la cotidianidad? ¿manejamos un lenguaje positivo y optimista? o por el contrario, somo temerosos, nos quejamos constantemente, jugamos poco con nuestros hijos o nos resignamos a simplemente vivir el día a día... y peor aún, se los transmitimos.
Ante esto quiero contarles lo que me motivó a escribir este post. Hace unos días mi hija de 7 años se encerró en su cuarto porque según sus propias palabras "estaba creando", al entrar y prestar mucha atención sobre lo que estaba haciendo me dijo que estaba diseñando una empresa como Mc. Donald, que ella ese día se encargaría del almuerzo... escribió el menú, se hizo un logo para la ropa, organizó la mesa, hizo billetes e intentó hacer comida con papel; puedo decir que pasó horas y horas conectada con su idea, desde el punto de vista de desarrollo creo que con esto fortaleció absolutamente todas sus habilidades, ideó, planificó y ejecutó una idea de una manera exitosa, lo que seguramente le da herramientas para su día a día.
Pero realmente lo que quiero resaltar de todo esto es lo que lleva a mi hija de 7 años a inventar este tipo de juegos que claramente requieren un pensamiento emprendedor; así que me puse a analizar y entendí que día día copia lo que ve. Quienes me conocen de cerca saben que me apasiona emprender nuevos proyectos, siempre estoy pensando en nuevas ideas, en mejorar lo que estoy haciendo, inventar nuevas cosas y creo que mi hija ve esto cotidianamente tanto en mí como en mi esposo.

Puedo contarles que su emprendimiento fue todo un éxito, muy rara vez compramos hamburguesas, pero ese día ameritaba hacerlo para apoyar su emprendimiento y valorar su esfuerzo, así que llegamos con la sorpresa de 2 cajitas felices y tres hamburguesas para comer en familia en la empresa de una niña de 7 años con un increíble pensamiento emprendedor; tomó los pedidos, sirvió la comida, cobró y terminó con la satisfacción de haber cumplido con su sueño, esa sensación que sentimos los emprendedores cuando vemos que nuestra idea va por buen camino.
Es por esto, que entendí la importancia de transmitirle a nuestros hijos sentimientos de optimismo, de seguridad, despertar esa sensación de poderse comer el mundo, de lograr TODO lo que se propongan, porque realmente para lograr sus sueños, lo primero que necesitan es creer que pueden hacerlo.
No importa lo que te hayan enseñado cuando estabas pequeño, hoy tienes la oportunidad de dejarle a tus hijos un gran legado, de sembrar en ellos las semillitas para que cuando crezcan se atrevan a hacer aquello que les apasiona, para que piensen en grande, no se limiten y luchen por ideales superiores, para que desarrollen un pensamiento emprendedor que sin duda alguna será nuestra mejor herencia. Empieza hoy a dar el ejemplo, piensa en aquello que te apasiona, eso que siempre has querido lograr y trabaja con todas tus fuerzas para alcanzarlo, entendiendo que cada sueño tiene muchos pequeños escalones y que cada uno de ellos es un gran logro.
¿Has visto a tus hijos desarrollar ideas emprendedoras? Cuéntamelas, me encantará leerlas y crear un post con muchas ideas que nos aporten a todos.






